Musée du Louvre de París

El Museo del Louvre es el gran museo nacional de Francia consagrado al arte anterior al impresionismo, tanto bellas artes como arqueología y artes decorativas. Es considerado el museo más importante del mundo, por la riqueza de sus colecciones y por la influencia que ha ejercido en los restantes museos del planeta.

Sus extensas colecciones son el resultado de un esfuerzo histórico: por un lado, el coleccionismo real desarrollado a lo largo de varios siglos, y por otro el esfuerzo de los hombres de la Ilustración y la labor desamortizadora de la Revolución francesa. La apertura del Louvre en 1793 significó, dentro de la historia de los museos, el traspaso de las colecciones privadas de las clases dirigentes (monarquía, aristocracia e Iglesia) a galerías de propiedad pública para disfrute del conjunto de la sociedad. Por ello el Louvre constituyó el precedente de todos los grandes museos nacionales europeos y norteamericanos, y de hecho fue el modelo para muchos de ellos.

El Museo del Louvre refleja el papel protagonista de Francia como potencia económica y cultural de Europa, y recoge los mejores frutos de la actividad coleccionista y de mecenazgo promovida por sus clases dirigentes a lo largo de varios siglos. Gracias al poder de la dinastía Borbón y de Napoleón Bonaparte, a campañas arqueológicas y a posteriores adquisiciones, cuenta actualmente con diferentes colecciones de obras de arte provenientes de civilizaciones, culturas y épocas varias. Contiene alrededor un gran número de piezas, de las que sólo una pequeña parte pueden estar expuestas, por razones de espacio.

El Louvre alberga varias de las obras maestras del arte universal, que han alcanzado la categoría de icono y que son reconocidas instantáneamente en cualquier lugar del planeta, como la Gioconda, de Leonardo Da Vinci, así como la Virgen del Canciller Rolin de Jan van Eyck, La encajera de Vermeer, la serie de grandes pinturas de La Vida de María de Médicis de Rubens, La coronación de Napoleón de Jacques-Louis David y La Libertad guiando al pueblo de Delacroix.

El fondo de pintura francesa es colosal, con la mayor colección de obras de Poussin y que abarca un panorama desde la Edad Media hasta Ingres y Géricault. Hay que mencionar el Retrato de Luis XIV de Rigaud, Peregrinación a la isla de Citera y Gilles de Watteau, La gran odalisca de Ingres, La balsa de la Medusa de Géricault y La muerte de Sardanápalo de Delacroix.

Sobresale la pintura italiana, con abundantes ejemplos desde Cimabue, Giotto, Fra Angelico, La Coronación de la Virgen, Andrea Mantegna y Paolo Uccello, La Batalla de San Romano, hasta Caravaggio, La muerte de la Virgen, Guido Reni... El repertorio del Renacimiento es singularmente rico, con el conjunto más valioso de Leonardo da Vinci, de quién también se exponen La Virgen de las Rocas, San Juan Bautista y otras, y varias obras de Rafael Sanzio, Tiziano, Andrea del Sarto...

El fondo de los Países Bajos, no demasiado extenso, incluye ejemplos de primer orden desde Hans Memling hasta Rubens y Van Dyck. El repertorio holandés brilla con Rembrandt, El buey desollado, Frans Hals La gitana, y Vermeer, con la famosa Encajera y El astrónomo. Entre las muestras alemanas, destaca un Autorretrato de Durero, y las salas de pintura española incluyen a Zurbarán, Murillo, José de Ribera, El patizambo, Goya...

No menos relevantes son las colecciones de escultura, que abarcan desde las civilizaciones antiguas de Mesopotamia y Egipto hasta el neoclásico, con Antonio Canova. Incluyen obras legendarias como los gigantescos toros alados de Mesopotamia, el Código de Hammurabi, la Venus de Milo, la Victoria de Samotracia o El escriba sentado, de la V dinastía de Egipto. El Louvre cuenta también con un fragmento de friso del Partenón de Atenas.

La escultura de la Edad Media tiene por principal joya la Tumba de Philippe Pot, con el sarcófago sostenido por inquietantes figuras de vestiduras negras. Junto con un relieve de Donatello, destacan el Esclavo moribundo y el Esclavo rebelde de Miguel Ángel y La ninfa de Fontainebleau, encargada a Benvenuto Cellini por Francisco I.

El departamento de antigüedades orientales conserva objetos de la región situada entre la actual India y el Mar Mediterráneo. Desde el Neolítico, numerosas civilizaciones se han sucedido en esta zona, donde se observa la aparición de una administración política, militar y religiosa. Es igualmente la cuna de la escritura, que hizo aparición alrededor del 3300 a. C. en Uruk, Mesopotamia. El museo del Louvre dispone de tres colecciones relevantes en este departamento, organizadas según los conjuntos geográficos y culturales: Mesopotamia (Sumeria, Babilonia, Asiria, Anatolia...); Irán; y Países de Levante (costa siria-palestina, Chipre).

El departamento de Arte islámico reagrupa las colecciones provenientes del área situada entre España y la India y datan del origen de la civilización islámica (622) hasta el siglo XIX. Aquí se encuentran muchas joyas del arte islámico: como el Píxide de Al-Mughira, una caja de marfil del año 968 elaborada en el califato de Córdoba; Le Plat au Paon, una importante cerámica otomana, y sobre todo el Baptisterio de San Luis, una de las más célebres y enigmáticas piezas de este arte, creada por Muhammad ibn al-Zayn a comienzos del siglo XIV. También es destacable el material de las excavaciones en Susa (Irán), en las que el museo participó.

Además de obras de arte, el Louvre tiene una amplia colección de muebles.

Para planear una visita al Musée du Louvre
, se puede empezar por realizar un paseo virtual por sus colecciones.

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