Las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) nació el 16 de noviembre de 1945. Para este organismo especializado de las Naciones Unidas, lo más importante no es la construcción de aulas en países devastados o restaurar sitios del Patrimonio Mundial. El objetivo fijado por la Organización, es amplio y ambicioso: construir la paz en la mente de los hombres mediante la educación, la ciencia, la cultura y la comunicación.
La paz no es simplemente la ausencia de conflicto. La Paz significa: presupuestos dirigidos a construir, y no a destruir, infraestructuras y servicios que funcionen y mejoren, poblaciones que hagan planes de futuro, espíritus liberados del trauma de la violencia y de ideas la venganza, y sean receptivo a las ideas de solidaridad.
La paz es un proceso voluntario basado en el respeto a la diferencia y el diálogo. La UNESCO quiere ser el constructor de este diálogo y promover la colaboración entre los pueblos, que acompañan a los Estados en la senda del desarrollo sostenible que, más allá del progreso material, debe satisfacer todas las aspiraciones humanas sin poner en peligro el patrimonio de las generaciones futuras, y sobre ello poder llegar al establecimiento de una cultura de paz basada en los derechos humanos y la democracia. Este mandato es su razón de ser y su trabajo diario.
Esta visión global de los problemas y desafíos del mundo encuentra su representación metafórica en los elementos de su identidad visual: las dos líneas que cruzan bajo el emblema de la UNESCO crean una delta alargada símbolo de la diversidad, la fecundidad y la la canalización de las fuerzas, que resume la posición de la Organización en el mundo de hoy.
La paz no es simplemente la ausencia de conflicto. La Paz significa: presupuestos dirigidos a construir, y no a destruir, infraestructuras y servicios que funcionen y mejoren, poblaciones que hagan planes de futuro, espíritus liberados del trauma de la violencia y de ideas la venganza, y sean receptivo a las ideas de solidaridad.
La paz es un proceso voluntario basado en el respeto a la diferencia y el diálogo. La UNESCO quiere ser el constructor de este diálogo y promover la colaboración entre los pueblos, que acompañan a los Estados en la senda del desarrollo sostenible que, más allá del progreso material, debe satisfacer todas las aspiraciones humanas sin poner en peligro el patrimonio de las generaciones futuras, y sobre ello poder llegar al establecimiento de una cultura de paz basada en los derechos humanos y la democracia. Este mandato es su razón de ser y su trabajo diario.
Esta visión global de los problemas y desafíos del mundo encuentra su representación metafórica en los elementos de su identidad visual: las dos líneas que cruzan bajo el emblema de la UNESCO crean una delta alargada símbolo de la diversidad, la fecundidad y la la canalización de las fuerzas, que resume la posición de la Organización en el mundo de hoy.
La sede de la UNESCO en París, se encuentra situada en:
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