Panthéon, panteón nacional en París

El Panteón de París, monumento de la capital francesa, levanta su figura imponente sobre la colina de Santa Genoveva, en pleno Quartier Latin -Barrio Latino- rodeado de escuelas y universidades.

Los orígenes del Panteón se remontan al año 1764. Luis XV, gravemente enfermo, había prometido construir una iglesia en honor a Santa Genoveva si lograba curarse. Así fue como, en el lugar que ocupaba la antigua abadía dedicada a la Santa, patrona de París, en ese entonces en ruinas, se colocó la primera piedra en medio de una ceremonia espectacular, que incluía una pintura gigantesca a escala real representando el monumento que iba a construirse. La idea y conducción del proyecto estuvo a cargo de Jacques-Germain Soufflot, quien falleció en 1780 sin llegar a ver su obra terminada. Fueron sus socios Rondelet y Brébion quienes la concluyeron en 1790. Es uno de los primeros monumentos neoclásicos de Francia.

Los sucesos de la Revolución provocaron un giro en el destino del monumento. Mediante un decreto, el 4 de abril de 1791 se transformó la iglesia de Santa Genoveva en Panteón, a fin de que "el templo de la religión sea el templo de la patria, que la tumba de un gran hombre sea el altar de la libertad". Mirabeau fue el primero de esos grandes hombres, seguido por Voltaire, cuyas cenizas fueron llevadas al Panteón en 1791 con una gran ceremonia.

En los años sobresaltados que siguieron a la Revolución, los diferentes cambios políticos hicieron que los restos de diferentes personajes fueran sepultados en el Panteón por sus virtudes y expulsados tiempo después, considerados traidores e indignos de estar allí. Mediante un decreto se estableció en 1795 que debería transcurrir un lapso de diez años antes de inhumar un cuerpo en el Panteón. En 1806, Napoleón devolvió al Panteón su caracter religioso, manteniendo así ambas funciones. Hasta la caida de Napoleón en 1815, la cripta del Panteón recibió cuarenta y un personalidades, entre científicos, militares y otros dignatarios. La revolución de 1830 transformó nuevamente al monumento en Panteón, llamado "Templo de la Gloria", para volver nuevamente a su caracter de iglesia en 1851 con Napoleón III. En 1873 se toma la decisión de decorar el Panteón con figuras religiosas y monárquicas de la historia de Francia.

La muerte de Víctor Hugo en 1885 sella definitivamente el destino republicano del Panteón. En esa ocasión, un millón de personas acompañaron al poeta hasta su última morada. En la actualidad, el decreto autorizando la tranferencia de un cuerpo al Panteón debe ser firmado por el jefe de Estado, a pedido de un comité de personalidades o de descendientes de personajes que hayan contribuido a defender los valores republicanos o hayan participado al progreso de la humanidad.

Entre 1791 y 1793, su aspecto sufrió transformaciones de importancia que le dieron el aspecto actual y que respetaban los ideales del momento, tales como el reemplazo de los bajorrelieves religiosos por obras que destacaban las virtudes patrióticas. También se inscribió en el frente "Aux grands hommes, la patrie reconnaissante" (A los grandes hombres, la patria agradecida).

Estructuralmente, el edificio tiene 110 metros de largo por 84 metros de ancho. La fachada está decorada por un pórtico de columnas corintias coronadas por un frontón triangular realizado por D'Angers, representando una alegoría a la gloria de los grandes hombres, donde se reconoce a Voltaire, Rousseau y Bonaparte, entre otros. Un imponente domo de 83 metros de altura completa el conjunto.

El interior de la nave está adornado de bajorrelieves y pinturas donde se mezclan elementos religiosos y republicanos. En 1851 Léon Foucault instaló su famoso péndulo conocido como Péndulo de Foucault; lo hizo aquí debido a que la gran altura del edificio facilitaba el experimento. Mediante este experimento se consigue demostrar la rotación de la Tierra y la existencia de la fuerza de Coriolis.

Unas escaleras llevan a la cripta, donde se conservan los restos de 73 personalidades. Entre las más reconocidas o destacadas podemos citar a los ya mencionados Mirabeau y Voltaire, y Paul Marat, Emile Zola, Pierre y Marie Curie, Soufflot (el primer arquitecto), Louis Braille, Jean Moulin, Víctor Hugo, y el último en ingresar, Alejandro Dumas, en 2002. Cabe destacar que sólo dos mujeres fueron inhumadas en el Panteón: Marie Curie y Sophie Berthelot, esposa del químico Marcelin Berthelot.

Le Panthéon, constituye en sí mismo una obra maestra de la arquitectura en su conjunto, a la vez que un emblema de la historia de Francia de los últimos 250 años. El Panteón es hoy, ante todo, una necrópolis republicana donde la historia de Francia se confunde con el mundo de los científicos, escritores, eclesiásticos y hombres políticos.

Encontramos el monumento en el 4, boulevard du Palais, 5° distrito de París.

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