Cathédrale Notre-Dame de París

La Catedral de Notre-Dame de París es una de las catedrales francesas más antiguas de estilo gótico, se empezó a construir en el 1163 y se terminó en 1245. Dedicada a María, Madre de Jesucristo (de ahí el nombre Notre-Dame, Nuestra Señora), se sitúa en la pequeña Isla de la Cité en París, Francia, la cual está rodeada por las aguas del río Sena.

Existe en esta catedral una dualidad de influencias estilísticas: por un lado, reminiscencias del románico normando, con su fuerte y compacta unidad, por otro lado, el ya innovador aprovechamiento de las evoluciones arquitectónicas del gótico, que confieren al edificio una ligereza y aparente facilidad en la construcción vertical y en el soporte del peso de su estructura, siendo el esqueleto de soporte estructural visible sólo desde el exterior.

La planta está demarcada por la formación en cruz romana orientada a Occidente, de eje longitudinal acentuado, y no es perceptible desde el exterior. La cruz está «incrustada» en el edificio, envuelta por un doble deambulatorio, que circula por el coro en la cabecera (al este) y se prolonga paralelamente a la nave, dando lugar, así, a cuatro naves laterales.

La fachada occidental es la fachada principal y no sólo la de mayor impacto y monumentalidad, también la de mayor popularidad. Se puede establecer en ella una afinidad en la composición y trazos generales con la fachada de la abadía de Saint-Denis, una derivación de la fachada del románico normando. La fachada presenta un conjunto proporcional, una orden de trazado coherente, de construcción racional, reduciendo sus elementos a lo esencial.

La fachada presenta tres niveles horizontales y está dividida en tres zonas verticales por los contrafuertes ligeramente prominentes que unen en verticalidad los dos pisos inferiores y refuerzan los picos de las dos torres. Las torres tienen 69 metros de altura. La torre sur contiene la famosa campana Emmanuel. Puede visitarse, pasando por la galería de las quimeras.

Destaca particularmente su magnífico órgano Cavaille-Coll, siendo la plaza de organista titular de Notre-Dame uno de los más altos honores a los que puede aspirar un organista. Esta plaza fue ocupada por el genial organista y compositor francés Louis Vierne entre los años 1900 y 1937, época que se recuerda como la del mayor esplendor de la Catedral como centro artístico y musical.

Durante el espíritu del Romanticismo, Víctor Hugo escribió, en 1831, el romance Nuestra Señora de París. Situando los acontecimientos en la catedral durante la Edad Media, la historia trata de Quasimodo, que se enamora de una gitana de nombre Esmeralda. La ilustración poética del monumento abre puertas a un nuevo deseo de conocimiento de la arquitectura del pasado y, principalmente, de la Catedral de Notre-Dame de París:

«Y la catedral no era sólo su compañera, era el universo; mejor dicho, era la Naturaleza en sí misma. Él nunca soñó que había otros setos que las vidrieras en continua floración; otra sombra que la del follaje de piedra siempre en ciernes, lleno de pájaros en los matorrales de los capiteles sajones; otras montañas que las colosales torres de la iglesia; u otros océanos que París rugiendo bajo sus pies».
- Víctor Hugo, Notre-Dame de Paris, 1831.

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